Destilación – Proceso
La destilación alcohólica es un proceso que separa y purifica los componentes de una mezcla líquida utilizando sus diferentes puntos de ebullición. Durante este proceso, los alcoholes se evaporan selectivamente según su temperatura de ebullición.
El proceso consta de tres fases de separación: cabeza, cuerpo y cola, cada una con características y propiedades distintas que son importantes para obtener un producto final de calidad.

La fase de cabeza es la primera en destilarse, donde se eliminan los componentes volátiles con puntos de ebullición más bajos, como el metanol y otros compuestos indeseables debido a su toxicidad o sabores desagradables. Esta fase se reconoce por su olor fuerte y penetrante.
Al inicio de la destilación, los compuestos con menor punto de ebullición, como el metanol, se evaporan primero. Debido a su toxicidad, se descarta y no se utiliza en bebidas alcohólicas destiladas.
A continuación, viene la fase de cuerpo, donde se destila el componente principal deseado, el etanol, junto con otros compuestos volátiles que contribuyen a los sabores y aromas característicos de la bebida alcohólica. El cuerpo es la parte central y más importante del destilado, ya que se concentra el alcohol y se obtiene la esencia de la bebida. Durante esta fase, se busca obtener un destilado de alta calidad y equilibrado en sabor, es el principal componente deseado en la producción de bebidas alcohólicas y responsable de sus efectos psicoactivos.

Finalmente, llegamos a la fase de cola, donde se destilan los componentes más pesados con puntos de ebullición más altos, como los alcoholes superiores. Estos compuestos se descartan debido a sus sabores desagradables o ser menos deseables en la bebida final. La fase de cola se caracteriza por su aroma y sabor más pesado, acá destilan alcoholes como el propanol, butanol, pentanol, hexanol, heptanol, entre otros. Estos alcoholes son menos comunes en las bebidas alcohólicas y, en altas concentraciones, pueden tener sabores desagradables o indeseables, en concentraciones más altas, pueden ser tóxicos y también se eliminan en la destilación para obtener un producto más puro y seguro para el consumo.
El proceso requiere un control preciso de las temperaturas y los puntos de corte para separar adecuadamente las fases de cabeza, cuerpo y cola. Esto asegura obtener un destilado de calidad, eliminando los compuestos no deseados y obteniendo los sabores y aromas deseados.
Es importante destacar que la proporción y duración de cada fase pueden variar según el tipo de alcohol que se destile y las preferencias del productor. La destilación es un arte que requiere experiencia y conocimiento para lograr los resultados deseados en términos de sabor, aroma y calidad del producto final.
