Destilados – Brandy – Pisco Chileno (3)
En 1900, Aníbal Echeverría y Reyes en su obra “Voces chilenas” definió al pisco como “cierta clase de aguardiente”. Manuel Antonio Román, sacerdote y lexicógrafo chileno, en su “Diccionario de Chilenismos y de otras locuciones viciosas” (1901-1918), explicó que el pisco era un aguardiente valorado producido en Perú y Chile, y que su nombre se originaba en el puerto peruano de Pisco.
El lingüista chileno-alemán Rodolfo Lenz también lo mencionó como un buen aguardiente de uva en su “Diccionario etimológico de las voces chilenas derivadas de lenguas indígenas americanas” (1905-1911).
En 1916, se promulgó una ley que otorgaba exención fiscal a los piscos naturales, aquellos producidos directamente de uvas especiales sin aditivos y embotellados por los propios productores. A partir de entonces, se comenzaron a desarrollar marcas comerciales como “Pisco Lorenzo Bauzá” y “Pisco Tres Erres”.

En 1931, mediante un decreto con fuerza de ley, el gobierno del presidente Carlos Ibáñez del Campo estableció la denominación de origen “pisco” en Chile para los aguardientes destilados de uvas de las regiones de Copiapó, Huasco, La Serena, Elqui y Ovalle, ubicadas en las provincias de Atacama y Coquimbo.
Estos eventos marcaron el reconocimiento y regulación del pisco chileno como un aguardiente distinto y propio, diferenciándolo del pisco peruano.
En respuesta a la Gran Depresión en la década de 1930, la industria pisquera chilena se vio afectada y las pequeñas empresas familiares enfrentaron dificultades económicas. En 1931, nueve empresarios del rubro formaron una asociación informal llamada “Embotellación Única” para controlar la producción y calidad del pisco. Esto llevó a la promulgación del decreto con fuerza de ley 181 ese mismo año. En mayo de 1933, se estableció de forma permanente la Cooperativa Agrícola y Control Pisquero de Elqui Limitada, conocida como Pisco Control. Esta cooperativa obtuvo personalidad jurídica y comercializó su producto bajo la marca “Pisco Control”.
