Historia Del Vino - Ampelología y ampelografía
El término griego “ampelos” se traduce como “vid” en español. Según Gonzalo del Cerro Calderón, “la ampelografía consiste en el examen descriptivo de la vid, mientras que la ampelología se refiere a su cultivo”. El diccionario de la Real Academia Española define “ampelología” como “descripción de los diversos tipos de la vid y conocimiento de los métodos para cultivarlos”. Esta definición no incluye la palabra “ampelografía”. Según Alexis Lichine, ampelografía tiene dos acepciones: “1. Estudio descriptivo, reconocimiento y categorización de las vides. 2. Libro de texto o registro que describe las propiedades estructurales de las vides. Además del material escrito, se retrata con minuciosas láminas o fotografías de las hojas de cada planta que aparece en el libro”.


La enciclopedia “Conocer y elegir el vino” afirma que la ampelología es la ciencia que estudia la planta de la vid y sus variedades, mientras que la ampelografía es la ciencia que examina las características de los distintos tipos de vid, como el tamaño de la cepa, el género de la flor, la forma de los sarmientos, la textura y el dentado de las hojas, el color de las bayas, etc.

El término “ampelografía” fue introducido en 1661 por F. J. Sachs. Se trata de una denominación incorrecta, por ejemplo, anteriormente se utilizaba “enografía” antes de ser sustituida por “enología”. Del mismo modo, las palabras “filolografía” y “musicografía” no se utilizan, ya que en su lugar se emplean “filología” y “musicología”. Por lo tanto, es más apropiado utilizar la palabra “ampelología”, en lugar de distinguir entre “ampelología” y “ampelografía”. Actualmente, los diccionarios ya no incluyen ambas palabras, sino sólo “ampelología”.

En 1940, Pierre Galet, director del Departamento de Viticultura de Montpellier, publicó un libro titulado Variedades de uva y variedades de portainjertos, que se considera el punto de partida de la “ampelología” moderna. Esta ciencia y arte se centra en distinguir entre los distintos tipos de uva, debido al desorden causado por la utilización de diferentes términos para la misma uva y el uso del mismo nombre para distintas variedades. El enfoque de Galet se basa principalmente en medir los ángulos que forman los nervios de las hojas de la vid, de modo que cada tipo de uva puede identificarse numéricamente midiendo los ángulos.
El sistema puede reconocer distintas variedades de uva, pero no las subvariedades. Por lo tanto, puede que sea necesario complementarlo o incluso sustituirlo por pruebas de ADN u otros métodos bioquímicos que no dependan únicamente del examen de las hojas, que es el principal objetivo de ampelólogos tradicionales como Galet.

Es difícil llegar a un consenso, ya que Galet utiliza una metodología estrecha, midiendo los ángulos de la nervadura de las hojas de la vid en nombre de la ciencia, mientras que los viticultores quieren cada uno un viñedo propio como seña de su identidad. En Montalcino, tienen con orgullo su propio viñedo, conocido como “Brunello di Montalcino”.
Parece que al viñedo de Sangiovese se le ha dado otro nombre. Quizá el nombre más ventajoso para el viñedo sea “Cariñena”. Cariñena es tanto un nombre geográfico como una bodega de renombre mundial, teniendo en cuenta que se ha traducido a otros idiomas: “carignan” en francés, “carignano” en italiano y “carignan” en inglés. Con Cariñena se resuelve la discusión de si lo que hace significativo a un vino y lo que lo define es el lugar de donde procede o el viñedo del que está hecho. Cariñena es ambas cosas a la vez.

Al examinar la vid, hay que tener en cuenta dos campos científicos: la botánica y la ampelología. La botánica se centra en la organización de las plantas según normas muy precisas, desarrolladas originalmente por Linneo. Esto permite distinguir entre Vitis vinifera y otros tipos de vid, como V. rupestris Lot., V. riparia Michx., V. berlandieri Planch. etc.
Los conocimientos de botánica han mejorado mucho, pero no hasta el punto de tener una división de la materia que se centre en la vid, otra en el tomate, y así sucesivamente. La botánica suele detenerse en el límite de los “cultivares”, que son variedades que han sido producidas por el hombre. En el caso de Vitis vinifera L., se pueden identificar hasta cinco mil tipos diferentes. La ampelología es la investigación y el reconocimiento de estos cultivares. Examinar las vides, tomar fotografías y observar sus características taxonómicas distintivas, como el dentado de las hojas, son actividades que pueden realizar tanto el botánico como el ampelólogo. El ampelólogo está muy interesado en el cultivo de Vitis vinifera. Las demás especies son interesantes sobre todo por sus portainjertos. El examen de las distintas variedades de Vitis vinifera no puede desligarse de su cultivo, ya que estas variedades proceden de su manipulación agrícola.